Después de la cirugía que me realizaron en noviembre y debido a los cuidados que necesitaba, nos regresamos a la casa de mis papás, durante la mudanza todas mis cosas de manualidades las guardaron en cajas, bolsas y mi cajonera quedó rebosante de material...
Hoy me puse a limpiar, no me quedó de otra porque quería encontrar unos papeles que guarde hace tiempo, y con ese revoltijo no había más opción que sacar todo.
En uno de los cajones encontré una bolsa con el montón de cartas que he recibido desde mi infancia... desde la declaración de amor que me hicieron a los 10 años, hasta las que recibí antes de salir de la facultad. La verdad me dio nostalgia y las volví a leer todas, así que también hubo limpieza de esa sección, tiré las que tenía guardadas de cuando jugábamos amigo secreto en la escuela, de esas que al llegar al salón se hacían en hojas de cuaderno, o recaditos que me mandaba con mis amigas durante clases o cartas que simplemente no valía la pena guardar, pero que ahí estaban...
Recordé buenas amistades que ahora ya no existen, por peleas o porque simplemente nos perdimos en el tiempo y el espacio, algunas otras que aún existen, pero que ya no es el mismo sentimiento y otras más que aún perduran con el pasar del tiempo o que se han hecho más fuertes. También me divertí porque al leer me venían a la mente todas esas carcajadas que me causaban las tonterías que decía con mis amigas y que plasmábamos en papel, y las escenas se formaban en mi mente, risas en la primaria, cuando mi mejor amiga y yo hablábamos como bebé, en la secundaria cuando me caí por querer subir a una banqueta que era muy alta, en el bachillerato, cuando mi amiga Aida y yo nos inventábamos palabras al no pronunciar bien por la risa, o en la facultad, cuando inicio mi locura por Harry Potter, esa diversión interminable en las salidas de campo, todo eso que hoy, se guardan en un lugar muy especial de mi mente y mi corazón.
En fin, pues que les cuento de la vendimia de este San Valentín, la verdad me fue muy bien, no me puedo quejar, pero las desveladas me acabaron, los últimos tres días de pedidos me dormí a la una o dos de la mañana, esto es lo que vendí
Lapices con chocolales: esta idea la vi inicialmente en pinterest, pero después encontré en un blog la idea del listón que jala los chocolates, no recuerdo de quien es el blog.
Cajas con trufas: primero dije que llevarían 12 trufas, pero mi caja de muestra, que es esta era más pequeña, las siguientes quedaron más grandes y tuve que agregarle dos trufas más para rellenar espacios, realmente solo vendería mi primer y tercera opción, pero esta idea llego, cuando alguien pidió más trufas.
Triangulitos tipo boing con trufas: en diciembre Floritere realizó una noche buena con triangulitos de este tipo realizado con tubos de papel higiénico y se me prendió el foco, pero cuando busqué en la red vi que ya había personas que los habían realizado y ahí fue donde aprendí a hacerlos.
En los primeros días que hice promoción me empezaron a llegar mis primeros pedidos, chiquitos, de 3 o 4 productos, yo pensé que los lapices no se venderían, pero en los últimos días hubo personas que me pidieron casi 20.
Parte de los pedidos que me hicieron.
Debido a la gran respuesta que tuve, se me ocurrió rifar el buzón que hice para el reto de Piensa Scrap, la verdad fueron pocos los que quisieron participar, les dí un número de acuerdo al total de compras que han realizado conmigo o los pedidos especiales, y bueno, al final la ganona fue una compañera de trabajo de mi esposo. También regale otra caja más sencilla y esa se la llevó una amiga de la maestría.
El 14 de febrero, después de dormirme a las tres de la madrugada, me levante temprano porque me fui a desayunar con mis amigas, por el tiempo ya no pude terminar lo que ya tenía planeado darles, pero no quise llegar con las manos vacías, así que compre unas tazas, mi sobrina hizo unas flores con origami, mismas que perfeccione y les llene la taza de trufas.
Este es el resultado
Me la pasé muy bien en el desayuno, nos reimos, platicamos mucho, despúes les entregue sus regalitos y mi amiga Gaby nos dió un corazón de papel que ella misma hizo, y me sorprendió porque ella no hacia nada de manualidades, pero por su hija ha tenido que aprender, fuimos por un helado, nos sentamos un rato a platicar en la Alameda y después agarramos camino.
En la tarde llegó Jorge de trabajar, me llevo flores, un globo, un osito y unos aretes de ámbar, salimos a comer antojitos mexicanos y luego fuimos por una crepa y un cafecito. El pidió uno de te chai, me disculpo de antemano con las personas a las que les gusta este sabor, pero a mi casi me hace vomitar, demasiado perfumado, y sabía a lo que olía, no me gustó... En fin, ese fue mi día.
Así que nos vemos en la siguiente, que aún debo terminar mis pendientes!